Formando comunicadores visuales 2.0 : el caso de Comunicación Visual Gráfica I en el marco de la pandemia de Covid-19

Los avances informáticos de finales del siglo XX y principios del siglo XXI han traído aparejadas nuevas formas de acceder al conocimiento y nuevos modos de aprender, que hasta hace una década atrás parecían vivir en pugna con el sistema educativo tradicional. El espacio virtual y el espacio académico se posicionaban como ámbitos totalmente escindidos en la vida de un alumno -el primero tenía el rol de proveer ocio y el segundo el de educar-. En la última década, el universo académico ha hecho esfuerzos por romper con esta falsa dicotomía y tomar ventaja de lo que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) pueden aportar a la dinámica áulica, pero este cambio de paradigma supone un proceso sistémico de deconstrucción y reconstrucción que no puede darse de otra forma que a largo plazo. No supone solamente proveer a los alumnos y docentes de dispositivos electrónicos, lo cual en nuestro país es una gran barrera en materia económica, sino también: evaluar las habilidades que el mundo reclama a los jóvenes hoy en día, reestructurar planes de estudio, capacitar a los docentes en competencias digitales, repensar la distribución edilicia de las casas de estudio, rediseñar nuevas estrategias pedagógicas. En resumen, romper con la forma en la que fuimos enseñados y emprender una reestructuración en pro de las nuevas formas de aprender. La pandemia de Covid-19 irrumpió en el entramado social en un momento en el que, en nuestro país, solo unas pocas instituciones educativas se encontraban atravesando un incipiente período de transición hacia nuevos modos de construcción de conocimiento enfocados en los alumnos nacidos y criados en la era digital y en las nuevas tecnologías. En el contexto pre-pandémico, las TIC funcionaban -generalmente- como un complemento pedagógico, pero no ejercían el papel central en la mayoría de las aulas. La emergencia sanitaria obligó a la esfera educativa en todos sus niveles a reinventarse en tiempo récord, dejando en evidencia la obsolescencia del sistema educativo y las desigualdades sociales, culturales y económicas en torno al acceso a la educación y a la conectividad. La realidad nos interpuso un desafío sin precedentes para el que, como sociedad, no estábamos preparados