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Ítem Acceso Abierto Un sortilegio guaraní(Escuela de Bellas Artes, 2009-10) Fantoni, GuillermoEn junio de 1920 La Revista de “El Círculo” de Rosario, en la sección denominada Información Mundial de Arte firmada por Leonardo Marini, reseñaba una exposición de pinturas de Alfredo González Garaño destinadas a un ballet guaraní titulado Caaporá, que había comenzado en la primer quincena de ese mes en el Salón Vilches de Madrid. Marini valoraba desde esa página, siguiendo las repercusiones españolas de la muestra, el estudio realizado sobre las costumbres y creencias de los pueblos guaraníes así como los resultados estéticos obtenidos por el joven pintor, volcados en esta oportunidad a la ilustración escenográfica de un poema de Ricardo Güiraldes musicalizado por Pascual de Rogatis y basado en una leyenda de los guaraníes: un trabajo “tan personal como nuevo y hecho a conciencia”, escribía. Además relataba el impacto que la exposición había tenido en la prensa madrileña: un verdadero éxito fundado en la presentación de “elementos decorativos realmente raros, y pudiera decirse únicos, cuyo conjunto es de una gran visualidad”, para finalmente detenerse en la crítica escrita por Rafael Domenech y publicada en el ABC de Madrid. Domenech situaba los estudios escenográficos de González Garaño en el marco del “movimiento reformador de la escenografía moderna” citando los resultados admirables de “Gordon Craig, Appia, Erler, Jeno Kemendy y Mariano Fortuny (hijo), como las bellísimas decoraciones y trajes de Beniot, Bachs (sic) o Egorof” pero resaltando la capacidad de González Garaño de interpretar bien a los maestros sin sufrir “su influencia fascinadora hasta el extremo de perder la propia personalidad”. El texto destaca el admirable estudio arqueológico realizado al reconstruir los “trajes, tatuajes y escenas de la vida íntima, guerrera y religiosa” aunque fecundado por “un temperamento artístico”: para el crítico sólo cuando estos trabajos son realizados por un artista de verdad, producen una emoción “que relega a un lugar secundario toda apreciación y juicio intelectual sobre los valores arqueológicos”, y es esa experiencia la que hace merecedora a la obra de González Garaño del análisis detenido en una revista profesional de arte.