La Licenciatura en Bellas Artes me ha ofrecido su versión de la historia del arte. Me permito ahora, como crítica pero también como homenaje, ofrecerle otra. Esta tesis explica la importancia de París como principal centro artístico reconocido del siglo XX y de la Modernidad como una época de constantes revoluciones en el mundo del arte; luego ofrece una revisión de este lugar y este tiempo desde una perspectiva de género que contemple la posición de la mujer en ellos. Además, explora los casos paradigmáticos de Mary Cassatt, Niki de Saint Phalle y Marta Minujín: mujeres artistas que han tenido diferentes trayectorias, relaciones con la ciudad de las luces, abordajes al arte moderno y posturas respecto del feminismo; pero que comparten a su vez la excepcional condición de ser reconocidas por el canon de la historia del arte. Finalmente, ofrece una reflexión sobre los aportes que aquel pasado ha legado para nuestro presente.