Mediciones inmunoendócrinas y su aplicabilidad para el seguimiento clínico del paciente con tuberculosis pulmonar.

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2015

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Resumen
La tuberculosis (TB) constituye un importante problema de Salud Pública, es la segunda causa de muerte a nivel mundial producida por un agente infeccioso, el Mycobacterium tuberculosis (Mtb). La respuesta inmune (RI) celular es esencial para el control de esta enfermedad, aunque también está involucrada en la generación de patología. En trabajos previos se observó que al momento del diagnóstico los pacientes con TB presentaban un marcado desequilibrio Nueroinmunoendócrino caracterizado por aumento plasmático de citocinas pro- y antiinflamatorias y deterioro de la RI celular, conjuntamente con incrementos en los niveles de cortisol y marcado descenso de los de dehidroepiandrosterona (DHEA), y el consecuente desequilibrio de la relación Cortisol/DHEA en asociación con la severidad de la patología. Con respecto a las funciones de las hormonas del eje Hipotalámico-Pituitario-Adrenal como reguladores extrínsecos de la RI, el cortisol inhibe la RI celular y la producción de citocinas proinflamatorias, mientras que DHEA por su parte posee efecto antiinflamatorio, e inmunoestimulante sobre la respuesta Th1. Ante lo previamente expuesto y atendiendo al rol estimulante de la DHEA sobre la RI celular protectora hacia patógenos intracelulares como el Mtb, se consideró esencial: Investigar la respuesta inmunoendócrina en pacientes, desde su diagnóstico hasta la culminación del tratamiento, a fin de establecer el correlato entre los parámetros clínicos y de laboratorio (hormonas, citocinas, proteínas de fase aguda, modificaciones de las distintas poblaciones linfocitarias -T reguladoras-). Al mismo tiempo, determinar si alguno(s) de los parámetros inmunoendócrinos bajo análisis se desempeñan como predictores de la posterior evolución de la enfermedad. Es así que se obtuvieron muestras de sangre de 26 controles sanos (HCo) y 24 sujetos con TB, HIV negativos, similares en sexo y edad. En los pacientes las extracciones se realizaron al diagnóstico (T0) y a los 2 (T2), 4 (T4) y 6 meses (T6) de iniciado el tratamiento antibacilar, y a los 3 meses de finalizado el mismo (T9). Al T0 en los enfermos se observó un incremento en los niveles plasmáticos de IL-6, CRP, IFN-γ y TGF-β. Durante el tratamiento específico estos mediadores escendieron hasta alcanzar valores similares a los presentados por los HCo. Conjuntamente se observó aumento en la respuesta linfoproliferativa a la par de una significativa mejoría clínica, caracterizada por el incremento en el índice de masa corporal (IMC). La proporción de células T-reg, elevada al diagnóstico se vio aún más incrementada al T2 y T4, donde se correlacionó negativamente con los niveles plasmáticos de INF-γ, para luego descender a valores similares al de los HCo. Al igual que en trabajos previos, al diagnóstico los voluntarios enfermos mostraron niveles bajos de DHEA y DHEA-S y valores elevados de cortisol así como de la relación Cortisol/DHEA, los últimos asociados a la severidad de la TB pulmonar. Además, presentaron una relación entre los transcriptos de las isoformas α y β del receptor para glucocorticoides (GR) disminuida (GRα es la isoforma biológicamente activa, no así GRβ), sugiriendo cierto grado de resistencia a la acción del esteroide; puesto de manifiesto también por el incremento en la expresión del transcripto de la enzima 11-beta Hidroxiesteroide Deshidrogenasa tipo 1 (11βHSD1), en un intento de aumentar la disponibilidad del cortisol intracelular. Durante el tratamiento específico se vio un incremento en los niveles plasmáticos de DHEA junto con niveles moderadamente elevados y sostenidos de cortisol y una disminución en la relación Cortisol/DHEA, lo que podría reflejar un mejor funcionamiento suprarrenal. Además el aumento a partir de T2 de la relación entre los transcriptos GRα/GRβ, con marcada disminución de GRβ, favorecería la acción de los GC contribuyendo a la modulación de la respuesta proinflamatoria. De lo expuesto se desprende que el tratamiento antibacilar involucraría cambios cualitativos en el perfil inmunoendócrino que en su conjunto contribuirían a la mejoría clínica del paciente. Como perspectivas futuras los resultados permiten presuponer que la incorporación de DHEA al tratamiento convencional antibacilar contribuiría a acortar los tiempos requeridos para lograr la mejoría clínica del paciente. Asimismo, se ha podido vislumbrar el rol de la variable Cortisol/DHEA como un potencial marcador proinflamatorio. Ante el eventual uso de DHEA como coadyuvante de la terapia antibacilar, esta relación podría ser una herramienta útil como marcador de pronóstico.

Palabras clave

tuberculosis, micobacterias, dehidroepiandrosterona

Citación