El primer y último gran espacio público para la región y los viajeros

El sector elegido fue el del predio del actual Aeropuerto Internacional de Rosario, incursionando en la infraestructura de transporte, considerando en el desarrollo de un edificio para la movilidad, una oportunidad exploratoria tanto a escala global como local. La etapabilidad, flexibilidad y la atmósfera fueron conceptos que nos acompañaron durante todo este proceso. Sin dudas, la infraestructura de movilidad significa una oportunidad para el desarrollo de la ciudad, una parte fundamental en la estructuración del territorio y debemos ser conscientes de ello. El aeropuerto implica, a su vez, la dimensión arquitectónica. El elemento edilicio convocante, que invita a aplicar una serie de estrategias, cuyo peso y nivel de complejidad permite entender que hablamos de una imagen integral y global. A nuestro entender, los aeropuertos tienen la capacidad de remover la imaginación y las emociones, generando una atmósfera tan especial que es creada no tanto por la arquitectura en sí misma, sino por la naturaleza del edificio/lugar y el humor de sus usuarios. Todos esos pensamientos y emociones probablemente pasaron por nuestra mente en algún aeropuerto. Sin embargo, solo algunos edificios de estas características, asocian la arquitectura con nuestras sensaciones. Parte de la experiencia de viajar, ocurre dentro de estos edificios, y nuestros sentimientos pueden ser influenciados por la forma y las características de su arquitectura. Por tanto nuestro objetivo, fue intentar lograr, a través de la simplicidad y claridad del diseño de nuestra terminal, mantener la arquitectura virtualmente intacta a pesar de los cambios y desarrollos en el trafico. Proyectándo así una serie de acontecimientos relacionados con las sensaciones y percepciones que se puedan tener del espacio, de las atmósferas que allí se originan. En conclusión, el proyecto nos significó resolver'la puerta' de entrada y salida de una ciudad. En nuestras manos estaba el desafío de definir la imagen de la misma, y cómo hacer para que ésta resulte memorable. Es por ello que al observar a la ciudad de Rosario y reconocer, los diferentes espacios verdes que la representan, decidimos pensar a nuestro aeropuerto como un espacio público, el primer y último gran espacio público para la región y los viajeros, intentando romper así las barreras tipológicas entre el interior y el exterior.