[es] El presente artículo tiene por objetivo esbozar una serie de
reflexiones y escarceos teoréticos con el propósito de ampliar la mirada acerca de las causas que hacen al estructuralismo un discurso fundante y el por qué de su desprendimiento
del contexto intelectual positivista del cual indudablemente
emerge. Haciendo particular énfasis en las nociones de diferencia e interdependencia de los elementos que componen
la estructura, se buscará mostrar en qué medida esta noción
sigue estando -en cierto sentido- bajo un manto de misterio.
Muchos de los abordajes posteriores a las aportaciones de
Saussure sobre el enfoque estructural de la lingüística han
iluminado certeramente las razones del por qué el Curso de
Lingüística General constituye inobjetablemente un hito en
materia científica y las causas de que sus investigaciones
no sólo estén lejos de perder actualidad, sino también sean
reinterpretadas desde otras perspectivas: miradas deconstructivas que reivindicaron la literatura, el uso figurativo del
lenguaje y hasta narrativo de la propia ciencia. Sin embargo,
la noción de diferencia no ha sido abordada de la misma forma a través del tiempo. La existencia de una filosofía negativa detrás de la idea de diferencia, será el nudo gordiano que
intentaremos desatar en el presente texto, haciendo un recorrido por distintas consideraciones que han girado en torno
a la diferencia como tal, pero no necesariamente a explorar
su negatividad