Se presenta el caso clínico de un paciente joven, masculino de 35 años de edad sin ningún antecedente patológico, trabajador rural, quien es derivado para la realización de una videonistagmografía y evaluación vestibular.
El cuadro se caracteriza por un síndrome vestibular episódico sin desencadenante especifico, pero con empeoramiento ante los movimientos cefálicos, tiene tres meses de evolución y el paciente aporta una resonancia magnética con gadolinio realizada inmediatamente al inicio del cuadro sin ninguna alteración.
Durante el estudio se evidencia un nistagmo espontaneo a izquierda que durante las pruebas posicionales tuvo un comportamiento atípico cambiando de direcciones e hiporreflexia derecha en pruebas calóricas, ante el hallazgo de vértigo posicional atípico se solicitó valoración por diferentes especialidades, estudios de laboratorio y neuroimagenes de las cuales destacaron un aumento de los triglicéridos (laboratorio), hipoestesia hemicorporal izquierda (neurología) y una lesión isquémica de aspecto secuelar en la resonancia que no aparecía en la imagen inicial.
Se llega al diagnóstico de ACV isquémico criptogenetico y el paciente es manejado de manera multidisciplinaria, enviado a rehabilitación vestibular y seguimiento periódico con evolución adecuada.
Conclusiones: El diagnóstico de vértigo central es un desafío para los especialistas y más si los síntomas de presentación no son típicos, en este caso la presentación atípica en el contexto de un paciente joven sin ninguna patología de base y una neuroimagen inicial normal se constituyó en un verdadero reto diagnóstico.
El manejo multidisciplinario es crucial sumado a un examen vestibular exhaustivo y el uso de herramientas diagnosticas avanzadas ante un cuadro sintomático que persiste en el tiempo y no coincide con los hallazgos del examen físico.
Una neuroimagen normal al inicio nunca debe ser garantía de exclusión de patología central en pacientes con vértigo sostenido y nistagmo posicional atípico.