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    Economía social y solidaria: praxis, vivencias e intenciones
    (Ediciones DelRevés, 2014-08-01) Schujman, Mario Saúl; Peixoto de Albuquerque, Paulo; Pereyra, Kelly C.; Tomatis, Karina; daNieLa VioLi; Abbet, Germán
    Las reflexiones de este libro no se circunscriben a una sola realidad, ni apuntan a materializar, estimular y aclarar sino que trata de compartir conceptualizaciones, la praxis, experiencias e intenciones en el espacio económico de la economía social y solidaria así como tratar de ofrecer pistas sobre causas y significados del hacer y producir riqueza. De hecho, parte de los artículos se basan en tres supuestos básicos: que las fronteras del conocimiento coinciden prácticamente con el trazado del conocimiento propuesto por las idiosincrasias nacionales, que las diferencias entre los proyectos políticos regionales son más pronunciados y reveladores que los cambios en la forma organizativa del hacer económico, y que ciertas fórmulas y mecanismos institucionales de carácter nacional, son más eficaces que otros, por amoldarse a los contextos sociopolíticos. Así la verdades a razón de este libro remite al lector pensar: el por que reflexionar sobre ESyS: ¿por opción metodológica consiente o, por el contrario, por falta de opción? ¿Conjuntamente con el lector están las respuestas!
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    Derecho Económico y Social
    (UNR Editora, 2006-01-01) Schujman, Mario Saúl
    La globalización es una suma de revoluciones engendradas en el seno de la evolución de la formación económico social capitalista, para multiplicar su aptitud para la acumulación ampliada, que ha producido, produce, ordena, trastoca y deconstruye a la economía, a la sociedad, a la cultura y también al derecho en escala planetaria.
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    La economía social, solidaria y comunitaria: en el contexto del poder global, el estado y el derecho
    (UNR Editora, 2016-10-01) Schujman, Mario Saúl
    El capitalismo, en su etapa de globalización neoliberal financiera y en crisis crónica, ha acumulado y concentrado tanta riqueza y poder que depreda y mercantiliza a la sociedad, a la condición humana y a nuestra “casa común” sin límites aparentes. La destrucción sistemática del “welfare” en buena parte del planeta, el descrédito del mundo “socialista” tras su derrumbe, la certeza de la inexistencia de “derrame” capitalista –con la exclusión y marginación de buena parte de la humanidad– el aparente reflujo de los procesos latinoamericanos y la degradación y los retrocesos en múltiples experiencias de la Economía Social y Solidaria en el mundo, la negación que hacen los poderosos del pacto social y la consecuente anomia del derecho. Este conjunto de situaciones nos proporciona –en y desde una mirada ideológica pero también crítica y realista– un marco apocalíptico en el que la hegemonía de ese Socio-metabolismo insaciable, que todo lo devora y lo transforma, parece conducir a la civilización a un camino sin retorno. Sin embargo, ese monstruo que devora también sus propias entrañas, camina a su propia destrucción y genera crecientes y perentorias necesidades e intereses que reclaman satisfacción en una humanidad que no admite su destrucción y que indudablemente será su sepulturero. Para ese “Golem” habrá también un pintoresco cementerio similar al de Praga, en el que descansaran los números, los instrumentos legales y culturales, que manipula generando una desigualdad que crea abismos inadmisibles. Por eso, quienes carecemos de certezas, pero que creemos en que es necesario contribuir al suicidio del capitalismo pero no de la humanidad, intentamos entender cuales pueden ser algunos de los componentes de esa fuerza contrahegemónica. Los flujos y reflujos de América Latina nos muestran el camino decolonizador. Los Estados sicarios debilitan ese camino. Pero se producen importantes expresiones de su fortalecimiento cuando se lucha contra la pobreza y el desempleo, o se buscan nuevas formas y contenidos para el acuerdo social. Los estados nacionales y los territorios locales son campos de batalla donde es imprescindible dar las luchas que reclama una política contrahegemónica. El derecho que es instrumentado por el poder y el estado, es también un lugar de combate, porque aunque responde a los reclamos hegemónicos nos ofrece también expresiones que son consecuencia de hitos en las luchas de la sociedad para afirmar los derechos humanos y la diversidad. Y finalmente, la recorrida por las diversas vertientes de la economía social y solidaria, específicamente desde una perspectiva jurídica, procura mostrar las distintas miradas conceptuales, y una praxis que se contamina y cae, pero renace cotidianamente para afirmar que la “reproducción de la vida” es una bandera contrahegemónica sustancial. La utopía de un “mundo mejor posible” hay que construirla para que sea bandera en las contiendas que tenemos por delante. Contamos con prácticas en Latinoamérica, en la experiencia reciente y actual de sus estados nacionales, en el derecho y en la práctica de la economía social, solidaria y comunitaria que nos permiten pensar una vida con otros principios y otros valores. Pero que también son contrahegemónicas, y que nos muestran un “saber hacer” de los pueblos que nos marca una senda que puede ser una amplia avenida: la del futuro que soñamos para nosotros y nuestros hijos.
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    Las cooperativas de trabajo en América Latina
    (Ediciones DelRevés, 2015-07-01) Schujman, Mario Saúl
    En primer lugar como integrante de CICOPA, agradecer a la Asociación Latinoamericana de Derecho Cooperativo, Mutual y de la Economía Social y Solidaria, este enorme esfuerzo de recopilación y elaboración de trabajos que nos muestran el panorama de nuestro tipo de Cooperativas en América Latina. Como se ve, tenemos disimiles grados de desarrollo, de legislación y de políticas públicas, pero cada vez es más patente, que empresas en manos de trabajadores se van abriendo paso en nuestras economías y en algunos países como nuestra Argentina, nuestra matricula llega casi al 30 % de la matricula total cooperativa. Ante una economía cada vez más concentrada, con un modelo de acumulación que destruye al ser humano y al planeta, la única alternativa es crear otro tipo de economía donde precisamente se los respete y para ello la democracia debe llegar a la economía. La dictadura del capital en la empresa destruye la vida, la democracia en la economía, las sociedades de personas, crean economía en manos de la gente, crean justicia y libertad, sostienen la vida. Nuestra figura legal ha sido utilizada por los empresarios y gobiernos oligárquicos para concretar fraude Cooperativo y fraude laboral, para precarizar el trabajo. Nosotros desde Cicopa, estamos claramente en contra de ese tipo de falsas cooperativas y reivindicamos que creamos empresas no para convertirnos en patrones, sino para ser orgullosamente trabajadores y desde nuestra identidad, junto a todos los tipos de cooperativas y mutuales genuinas, junto al movimiento obrero, junto a las Pymes, junto a las universidades, a los movimientos sociales y culturales y junto a las iglesias y junto a los Gobiernos Nacionales, Populares y Democráticos de nuestra América Latina construir la masa crítica de poder para lograr una sociedad más justa. En ese camino, nuestras empresas deben lograr que armonicemos la legislación, que las políticas públicas nos otorguen las mismas posibilidades que le dan a las empresas de lucro, que el sector de la economía social y solidaria en América Latina en las próximas décadas sea opción real en la economía, para que junto a la economía pública y a la economía privada de lucro con responsabilidad social empresaria, logremos armonizar matrices productivas en nuestra región que nos libere del yugo imperial y nos dé el desarrollo endógeno suficientemente fuerte para auto sustentarnos y poder ayudar a construir un mundo multipolar, un mundo de los pueblos, donde podamos vivir en paz. En nuestra América hoy convivimos distintos tipos de cooperativas de trabajo de acuerdo a su origen: Cooperativas Industriales y de Servicios, muchas de ellas surgidas de procesos de recuperación de empresas fallidas, pero muchas también fundadas por decisión de los propios trabajadores de buscar un camino distinto para sus vidas; Cooperativas en el campo de la agricultura, tanto familiar, como de mayor escala; Cooperativas que surgen de planes elaborados por los Gobiernos Nacionales para incluir a la economía sectores que quedaron marginados por las políticas neoliberales de los 90, conocidas como Cooperativas Sociales, o protegidas o de inclusión con trabajo, etc, pero en definitiva compañeros que desde el trabajo informal o desde el no trabajo son capacitados y apoyados para construir empresas que lleguen en su momento a ser sustentables y Cooperativas nuevas de jóvenes profesionales o con niveles de formación importantes que ligados a las nuevas tecnologías que revolucionan el mundo, eligen el camino Cooperativo para construir su destino. Todas empresas en manos de los trabajadores, donde somos dueños de los medios de producción. E incluso en el mundo de los servicios a las personas y a las familias, van surgiendo en los últimos años nuevas oportunidades de desarrollo bajo la figura Cooperativa que dignifica un trabajo que hoy es informal y precario. La tendencia mundial, marca que cada vez seremos más, por eso el aprendizaje que hemos hecho desde principios del siglo XIX, cuando surgimos, debe estar más presente que nunca, entre otras cosas tenemos en cuenta: La Empresa es una construcción • social, por ello las debemos desarrollar en solidaridad con otros, con muchos aliados, nuestros sindicatos, nuestras Federaciones, nuestras Universidades, nuestros gobiernos, nuestras pymes, etc. • La Empresa es una organización humana, nosotros somos la Cooperativa y debemos construirnos cooperativistas, ser cooperativista es una opción de vida que se milita todos los días, es construir con otros en comunión. Nuestra unidad y nuestra formación y capacitación son herramientas estratégicas sin las cuales no podemos subsistir. Construir equipos de liderazgo • que garanticen el desarrollo en el tiempo, los líderes de hoy tienen el deber de construir los lideres futuros, sino la empresa comienza a morir hoy. • Construir empresas sustentables, que hagan nuestro trabajo digno, no precarizar. Y construir empresas sustentables indica tener el conocimiento para gestionarlas y si no tenemos esa capacidad, implica aliarnos con los que sí la tienen, como profesionales, técnicos e instituciones que nos pueden ayudar en ese camino. • No aislarnos, organizarnos. Cada Cooperativa debe estar integrada político institucionalmente en una Federación y las Federaciones en Confederaciones y a su vez juntos con el resto de las Cooperativas y Mutuales. Y también debemos organizarnos para enfrentar al mercado, en la disputa de poder que este significa y debemos construir grupos empresariales solidarios que nos permitan controlar cadenas de valor, para disputar en forma real al capitalismo concentrado. La Escala nosotros la obtenemos uniéndonos en redes productivas. Si nos aislamos, más temprano que tarde perecemos. Como los trabajadores, no tuvimos oportunidad de capacitarnos mucho, las más de las veces aprendemos mirando, observando y en ese aprendizaje vemos que en muchos lugares del mundo otros trabajadores han construido poderosas empresas que generan trabajo digno y generan desarrollo en sus comunidades. Esos compañeros nos marcan un camino y nos dan la certeza que podemos manejar nuestras propias empresas y junto con otros ser constructores de un mundo más humano y Justo.
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    Carta del trabajador autogestionario
    (UNR Editora, 2019-03-01) Shujman, Mario Saul
    La sociedad capitalista ha sufrido profundas transformaciones. Mientras que los Tratados Internacionales y los Textos Constitucionales aseguran “el Derecho al Trabajo” y a “Condiciones Dignas de trabajo”, los mercados y las políticas públicas en América latina y el mundo, conducen a la informalidad y el desempleo de la mayor parte de la población. Hoy es absolutamente insuficiente la categoría jurídica del “trabajo dependiente” como única contrapartida al “trabajo autónomo”, porque no describe a toda la realidad. Los trabajadores se organizan y se asocian para reproducir su vida y la de su familia, y lo hacen recurriendo a la solidaridad, a la reciprocidad y a la redistribución, en el ámbito de Organizaciones de la “Economía Social, Solidaria y Popular”. Para luchar por su Derecho al Trabajo y a una Vida Digna, organizan empresas sin capitalistas que las financien y se apropien de su producido, o recuperan empresas que naufragaron en el mercado. Autogestionan asociados una empresa de su propiedad, a la que administran y gestionan, y cuyo producido les pertenece. Es imprescindible que el Derecho al Trabajo incorpore “el Trabajo Autogestionado y Coordinado”, como categoría diferente a la del trabajo “dependiente” y al “trabajo autónomo”, y que asegure para “todos los trabajadores” un piso de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Esta Carta es un aporte para la construcción de la categoría jurídica del “Trabajador Autogestionado”, y un derrotero para la progresiva vigencia de los Derechos Sociales, Económicos y Culturales, que los Pactos y Convenios Internaciones les asignan. En una segunda parte de esta carta se desarrolla un proyecto para habilitar el debate de algunos aspectos centrales que debería tener una legislación que regule las especificidades de una Cooperativa de Trabajo asociado, en el marco de una realidad argentina compleja.
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    La participación de los asociados en las entidades de la economía social y solidaria. Cooperativas de trabajo asociado. Autogestión. Carta del trabajador autogestionario
    (UNR Editora, 2019-03-01) Schujman, Mario Saúl; Programa de educación en cooperativismo y economía social en la Universidad
    La participación de los asociados y de la comunidad en las organizaciones y empresas de la Economía Social y Solidaria, constituye una precondición para que las formas legales se traduzcan en democracia política y económica substancial. El tipo jurídico es muy importante para configurar organizaciones y empresas enraizadas y al servicio de las necesidades de sus asociados y de la comunidad, pero esta sólo se materializa y se hace efectiva, cuando la participación se traduce en el funcionamiento en la realidad de esas entidades. Sin embargo, para la “institucionalización” de prácticas participativas son muy importantes las normas que establezcan su obligatoriedad o que induzcan su vigencia, aunque una vez establecidas sea todavía necesario recorrer el arduo camino de la praxis e incorporarlo a las prácticas cotidianas internalizadas por la organización y sus integrantes. Conspira en sentido contrario la sociedad que mercantiliza la vida e induce el facilismo que consiente la repetición de prácticas autoritarias y simultáneamente sumisas por comodidad, los comportamientos verticales y jerárquicos, el individualismo que fomenta la falta de compromiso y solidaridad, y la cotidiana búsqueda del resultado y la satisfacción inmediata de necesidades y apetencias. Por ello es tan importante la reflexión de los propios actores sobre esta temática, porque son quienes en hechos y comportamientos expresan la realidad de las organizaciones, sin la cual no hay teoría académica sustentable. Tampoco el concepto tiene un significado unívoco. Existen muy diversos grados y niveles que reflejan la participación de los asociados y de la comunidad en las organizaciones y empresas de la economía social y solidaria. No hay modelos de participación, sólo su búsqueda permanente, sólo su práctica, y esta se verifica en cada organización de manera diversa. Por ello la utilización de parámetros, es útil para aprehender la realidad, pero no la sustituye, y para poder estudiarla, porque nos permite distinguir funciones, en la gobernanza, la administración, la ejecución y el contralor de las organizaciones y a valorar la participación en cada una de ellas, a entender la importancia de la comunicación, y de la vinculación con terceros interesados en esa organización.