Psicoanálisis y malestar humano

Los grandes cambios operados por los procesos de globalización del posmodernismo han transformado el espacio simbólico cultural donde la subjetividad se estructura. Esto trae consecuencias: una nueva sociabilidad que depende del mercado capitalista y consumista. La droga es tan solo, uno de tantos objetos que el mercado ofrece para consumir. También la velocidad, el juego, forman parte de este universo que exige a las personas estar socialmente adaptadas. Cualquier insatisfacción parece algo que debe solucionarse. Hay algo que puede denominarse “fetichismo de la mercancía”, ya que el hombre busca su realización en las relaciones con sus objetos de consumo, y no en las relaciones con sus semejantes, a través de lazos sociales. La ciencia y los avances tecnológicos que intentan controlar la naturaleza: el nacimiento, la vida, la vejez, la enfermedad y la muerte. La reivindicación del sujeto adicto a acallar el malestar de esa forma aparece legitimada en nuestra sociedad hedonista, replegándose al ámbito privado. La práctica psicoanalítica lleva a ubicar el tema en el contexto de las condiciones de la subjetividad de la época. Quiere decir que las adicciones constituyen tanto un síntoma social que denuncia las condiciones del malestar en nuestra cultura además de un padecimiento personal.