En la actualidad, La Habana es la
capital de América Latina que más
embajadas africanas posee. La
presencia de estas representaciones
diplomáticas demuestra la vitalidad
de las relaciones entre Cuba y África.
A pesar de la distancia geográfica y
las limitaciones económicas del
Estado cubano, el régimen caribeño
supo consolidar sus relaciones con el
continente africano. Este trabajo
analiza la naturaleza y el contenido
de dichas relaciones. El objetivo es
considerar los elementos que
favorecieron la cooperación y las
perspectivas de la misma a la luz de
una posible normalización de las
relaciones diplomáticas entre Cuba y
Estados Unidos.