La residencia docente es un momento importante en cuanto a los procesos reflexivos que
puede generar. Los residentes se enfrentan por primera vez al desafío de enseñar un
contenido escolar específico de forma tal que sea comprensible para los alumnos, y de
facilitar los procesos de apropiación por parte de los mismos. Algunos residentes poseen
experiencia docente, pero en otras áreas y modalidades. Se trata de una experiencia
supervisada por los docentes que acompañan las residencias y que tienen como función,
entre otras, ayudar a confrontar pensamiento y acción. Los residentes registran sus
observaciones y sus clases, deben justificar sus acciones, reflexionan sobre las prácticas.
Esas características hacen que se trate de un momento especialmente favorable para observar
cómo se aprende el desempeño de la profesión docente, qué aprenden los alumnos de la
carrera durante la residencia, qué obtura y qué favorece la construcción de dichos
conocimientos.
Entendemos la docencia como una práctica compleja contextuada históricamente, producto
de una construcción subjetiva y social. La formación de un docente es un proceso que
comienza mucho antes del ingreso a la institución formadora. Este proceso va desde las
experiencias iniciales de escolarización y todas las etapas siguientes, que constituyen la
biografía escolar. La misma es producto de internalizaciones realizadas en nuestras
experiencias como alumnos, que suelen ser inconscientes.