El hombre moderno se piensa como sujeto y piensa al mundo como el conjunto de los objetos. La propiedad esencial de este hombre es la libertad. Pero esta libertad no se puede realizar plenamente si no tiene poder para someter a la naturaleza que, en principio, aparece como un conjunto de límites de su acción. La ciencia le permite superar estos límites en cuanto transforma la naturaleza y convierte al conjunto de los objetos en instrumentos de su libertad.