Agenda de desarrollo para argentina: minería sostenible

La minería es una actividad extractiva que se basa en recursos no renovables. Por eso, la premisa para lograr una contribución al desarrollo es el modo de extracción y aprovechamiento -inversión y distribución- de la renta del recurso mientras éste no se agote, y también la regulación de las externalidades, en especial sus impactos ambientales y sociales. Es un motor para el desarrollo socioeconómico de las comunidades, el crecimiento de la industria nacional y las exportaciones y éste es justamente uno de los puntos centrales en el debate económico sobre su sostenibilidad. Las iniciativas en marcha en favor del cumplimiento de los ODS, tanto a nivel internacional como locales, requieren del trabajo colaborativo del sector público como del privado para impulsar y compartir políticas y estrategias que avancen hacia la descarbonización de la economía, rumbo a la sostenibilidad. Uno de los elementos esenciales para una correcta gestión de la actividad minera, que genere beneficios sostenibles y promueva la equidad intra e intergeneracional, es contar con un régimen fiscal que se oriente en esa dirección. Ciertos instrumentos tributarios pueden ser introducidos con la finalidad explícita de influir sobre las decisiones de los agentes económicos para corregir las externalidades generadas por sus acciones y, de este modo, asegurar que las señales que emiten los precios de mercado reflejen las pérdidas sociales vinculadas a la depredación o la destrucción del recurso ambiental. Debe valorarse -entre otras medidas- la internalización de los costos sociales de las acciones no compatibles con el ambiente, a través del sistema de precios y la consecuente generación de ingresos públicos; así como movilizar diferentes fuentes de financiamiento que ayuden al gobierno a financiar actividades en favor de mitigar el cambio climático. Las promesas climáticas no valen si no se convierten en acciones concretas.