na de las tendencias más visibles en la moda de la década del 60
fue el denominado “look espacial”, un estilo que respondía a la fe que la
sociedad occidental depositaba en el progreso ilimitado de la tecnología, expresada por una estética futurista expandida a diversas esferas. En la plástica,
las propuestas ligadas al arte óptico y cinético y la utilización de los massmedia se articularon con una orientación en el campo del diseño que exaltaba elementos como el plástico, el metal y el vinilo. La moda no fue ajena
al fenómeno y esos materiales, hasta el momento alternativos, comenzaron
a ser usuales en la indumentaria Couture Future. André Courrèges, Pierre
Cardin y Paco Rabanne conformaron la tríada que mejor representó esta
variante, destacándose por sus diseños de líneas puras donde se utilizaba el
blanco y el plateado como colores casi excluyentes y los materiales antes
mencionados. En 1965, Andy Warhol declaró en la revista Vogue: “Todos
deberían tener el mismo aspecto” e ir “vestidos de color plateado. El color
plateado no se parece a nada. Se fusiona con todo.”1 Un año después, la
misma publicación reafirmaba esta propuesta al comentar una prenda de
Paco Rabanne, exaltado como un diseñador “abiertamente no convencional“ a partir de su creación de “un abrigo cometa «cinético, de cristal
esmaltado», que captó la obsesión de los 60 por el plástico.”2 Este clima,
signado por la denominada “carrera espacial”, se hacía eco de las tensiones
existentes entre las dos grandes potencias mundiales con el fin de conquistar
el espacio, que tuvieron como corolario la llegada del hombre a la luna en
1969. Las fotografías de la época mostraban mujeres vestidas con un estilo
futurista, usando sombreros que se asemejaban notablemente a los cascos
espaciales utilizados por los astronautas. André Courrèges quizás sea el
diseñador que mejor ilustre el estilo “Space Age” a partir de su emblemática
colección The moon girl de 1964. 3 Fascinado por los viajes espaciales realizó
“pantalones plateados, botas lunares, gafas de sol de plástico blanco –con
ranuras en formas de pestañas–. La imagen Courrèges era limpia, aerodinámica y siempre miraba al futuro.