Este texto aborda la concepción agustiniana del lenguaje desarrollada con mayor extensión en la obra titulada Del Maestro (De Magistro). En él se encuentran explicitadas la noción de palabra como “nombre” o “substantivo”; la enunciación o la palabra hablada como algo que adquiere significado a partir de la legitimación de una “interioridad” u hombre interior” que Agustín llamará de “Cristo”. El estudio de la noción agustiniana del lenguaje es fundamental ya que atraviesa los siglos y aún se encuentra implícita en muchas expresiones coloquiales contemporáneas. También su comprensión ayuda a entender la llamada “segunda filosofía” de Wittgenstein. En particular la presentada en las Investigaciones filosóficas.