Galimberti, CeciliaDra. Alejandra BuzagloDra. Graciela N. KlekailoDr. Luciano Martín Martiñán2023-07-062023-07-062022-12-20http://hdl.handle.net/2133/26041La mayor parte de los debates en torno a la crisis que atraviesa la humanidad la asocian a la expansión del capitalismo neoliberal bajo un patrón monocultural. Un modelo productivo y de consumo insostenible desplaza sus peores efectos a los bordes entre lo urbano y lo rural, sobre todo en territorios del sur global. Allí se generan espacios intermedios complejos no reconocidos por la mirada hegemónica donde se configuran paisajes que quedan ocultos simbólicamente y exponen los mayores impactos socioambientales. Esto pone en el centro de las discusiones a la cuestión urbana y a la necesidad de una lectura por fuera del pensamiento moderno que permita imaginar un giro. El estudio y la intervención de las ciudades atraviesa una crisis epistemológica, las actuales reflexiones destacan la interdependencia y ecodependencia de lo humano para lo cual la ciencia urbana debe habilitar nuevas narrativas e instrumentos. La indefinición de los márgenes urbanos ofrece la posibilidad de ensayar experiencias para revertir los procesos en curso, en donde el paisaje aparece como categoría de abordaje. En ese sentido, la agricultura urbana se ve como alternativa teórico práctica para un modelo más sustentable que, además de atender contingencias, en su asociación con el pensamiento agroecológico cuestiona el modelo global promoviendo la soberanía alimentaria.Desde ese marco, este trabajo se focaliza en la experiencia de agricultura urbana de la ciudad de Rosario originada a fines de los ‘80, impulsada por discursos contrahegemónicos que se convirtió en referencia a nivel internacional y se consolidó como política pública incluyendo la figura del Parque Huerta a la planificación urbana. Particularmente en el Parque Huerta Molino Blanco en tanto es uno de los más estudiados y reconocidos, y señala un punto de inflexión en la experiencia paradigmática. Aunque en la actualidad parece estar marcando la deriva de proceso que se debilito y por eso lo convierte en un lugar clave para poner en foco. Se parte del supuesto de que, a pesar de ciertas visibilizaciones logradas tras la intervención, todavía quedan capas por develar omitidas por la centralidad agroecológica del abordaje, algunas generadas en dinámicas sociales más recientes. El trabajo pretende ejercer una mirada positiva de las dimensiones ocultas de este paisaje, con el objetivo de aportar programas que posibiliten su emergencia a efectos de reconducir el proceso de configuración territorial y fortalecer el potencial remanente en la propia experiencia de agricultura urbana.Para ello se utiliza una estrategia metodológica híbrida que combina técnicas cualitativas y cuantitativas, y pretende integrar el conocimiento científico plural con los saberes propios del lugar. El paisaje entendido como construcción social requiere de la consideración tanto de los procesos como los sujetos con sus percepciones, por eso se plantean desde indagaciones documentales hasta la realización de recorridos exploratorios y entrevistas. Desde allí, parte un avance proyectual orientado por las epistemologías del sur y apoyado en los aportes del urbanismo paisajístico que pretende facilitar nuevas emergencias a contramano de la tendencia dominante. Comienza con un análisis de la realidad que pone énfasis en los ocultamientos de la cultura y luego propone programas para generar un nuevo impulso que revitalice una experiencia de 30 años de historia, mirando más allá de la agricultura urbana para imaginar un paisaje barrial integral y dinamizador de una urbanidad más justa.application/pdfspaopenAccessPaisajes ocultosAusenciasEmergenciasUrbanismo paisajísticoEmergencias de lo oculto. Más allá de la agricultura urbana en Molino Blanco, Rosario.masterThesisArq. Laura Ciarniello