2016-01-222016-01-222015-09-251667-9989http://hdl.handle.net/2133/5444La sanción de la Ley Nacional 26.150 en octubre del 2006, establece por primera vez la obligación de las escuelas de todo el país, de gestión privada y estatal, confesional y no confesional, de impartir el Programa Integral de Educación Sexual desde el Nivel Inicial hasta el Superior de Formación Docente y de Educación Técnica no Universitaria. Esta ley instituye que cada escuela debe incluir en la elaboración de su Proyecto Educativo Institucional la adaptación de propuestas educativas a su realidad socio-cultural, en el marco del respeto a su ideario institucional. La implementación de la misma, implica repensar la escuela como un espacio significativo para el aprendizaje y ejercicio de los derechos, así como también la relación del Estado, las políticas públicas y la sociedad. Los procesos de implementación de la ESI, abren distintos espacios conflictivos de discusión, toma de posición, resistencia y negociación de una dimensión por mucho tiempo ocultada en las escuelas (por lo menos en el curriculum formal). Esto hace emerger distintas posturas acerca de lo que se considera la “sexualidad” y “educación” legítimas, no solo a nivel discursivo sino en la cotidianeidad de las mismas prácticas educativas. En este contexto el CEIM (Centro de Estudios Interdisciplinarios de las Mujeres) llevó adelante un proyecto de voluntariado universitario en dos escuelas secundarias de la provincia de Santa Fe. Es desde esta experiencia y a la luz de la perspectiva de género y la antropología feminista que nos proponemos reflexionar sobre la aplicación de la Ley de Educación Integral en la provincia de Santa Feapplication/pdfspaopenAccessgéneropracticas educativasexperienciasSignificaciones y prácticas educativas en torno al Programa Nacional de Educación Sexual Integral: Una experiencia educativa desde la antropología de género.conferenceObjectLos autores