2017-03-082017-03-082017http://hdl.handle.net/2133/7021(Apasionada) Cita: “Una nave para guardar bicicletas es una construcción, la catedral de Windsor es una obra de arquitectura”. Nicolaus Pevsner, “Historia de la arquitectura”, Circa 1962. Es posible (y aun deseable) prescindir del conocimiento profundo, es decir: amplio, ecuánimo y conducente de la historia de nuestra disciplina “la arquitectura”, lienzo mismo de la historia del hombre sobre la tierra y, con tal expediente pretender ser “arquitecto” o simplemente “estar habitado” para construir. Cita: “La única forma de ser arquitecto es estudiar muchas obras de arquitectura.” Frank Lloyd Wright. Desde su mero inicio, la arquitectura confronta decisiones que afectaran (en lapsos de siglos) el lugar en que se asentará: Cita: “la arquitectura comienza cuando después de colocar el primer ladrillo debemos decidir cómo colocar el segundo”. Frank Lloyd Wright. Desde todos y todo punto de vista nuestra disciplina es contenedora y preceptora (diestra o siniestra) de los aconteceres (pasados, presentes y futuros) que muestre especie (el ser “humano”, la humanidad) disfrutará o padecerá en periodos tan largos que exceden nuestra propia vida como individuos. Desde fines del siglo XIX (y aun antes), personas altamente dotadas advirtieron (con sabiduría, optimismo y esfuerzo personal) que la arquitectura (la madre de todas las artes, oficios y artificios mecánicos perdurables en términos históricos) moldearía el entorno humano (“hábitat”) desde el siglo XX en adelante. Sin dudas, el más dotado de ellos, en capacidad y talento, tenacidad y laboriosidad, fortaleza y longevidad fue, Frank Lloyd Wright. “El arquitecto más importante del siglo XX”, aquel que anticipándose varias décadas al común de los mortales, advirtió que la arquitectura (madre de todas nuestras dichas y desdichas) podría ser una “aliada” permanente de la naturaleza, propia de nuestro suelo, ambiente, nuestro planeta verde azulado (exponente único de la vida en el universo conocido). La “vida” y la “naturaleza”, se constituyeron en el credo del arquitecto mas dotado que ha conocido la humanidad. Su legado: más de 750 obras, miles de proyectos y 75 años de profesión exceden largamente (por su coherencia y consecuencia y esfuerzo personal) lo que, cualquier otro colega haya hecho hasta hoy. Su interpretación única (basada en conocimientos de textos orientales, incaicos y mesoamericanos) supera largamente la lineal y “básica” formación occidental que solemos recibir aun hoy, en pleno siglo XXI en las facultades de arquitectura. Frank Lloyd Wright descifró aquello que llamo “Arquitectura orgánica” que estaba presente en cada centímetro de su suelo americano que amaba, nadie lo hizo antes y nadie lo superó después. Hoy, 57 años después de su muerte, la figura, el ejemplo y la escuela que Wright ha dejado son más poderosos que nunca, “la arquitectura orgánica” es una alternativa real y “sana” para un planeta convaleciente de una insana antropización y una explotación insensata de sus recursos naturales; contaminación creciente de suelos y aguas, consumo y contaminación de su atmosfera. La obra y el ejemplo de Frank Lloyd Wright inspiraba (y aun hoy lo hace) a varias generaciones de arquitectos desde aquellos (que los historiadores llaman la 2° generación de arquitectos modernos, como A. Aalto y C. Scarpa) hasta jóvenes arquitectos del siglo XXI, como Solano Benítez o Juan Cane. Recientemente un gran arquitecto argentino, que podríamos situar en la 3° generación de arquitectos modernos (junto a J. Scrimaglio o A. Pamtarotto), el maestro Claudio Caveri, pudo definir a Frank Lloyd Wright como el “arquitecto.application/pdf21spaopenAccessOrgánicoEnseñanzaProyectoArquitecturaAmbientalExperiencias orgánico ambientales en la construcción de estrategias proyectuales. La enseñanza de Análisis Proyectual en la FAPYD UNRconferenceObjectEl autor