2025-10-182025-10-182022-061852-7213https://hdl.handle.net/2133/30966Hasta la segunda década del nuevo milenio existió un elemento de continuidad en la vinculación con el mundo desde 1983, y fue la estructura triangular que puso al tope de nuestra agenda a Washington y Brasilia -utilizándolos como contrapesos-, en un marco predominantemente cooperativo, dejando a un lado las oscilaciones del pasado y donde el Mercosur cumplió un rol relevante. Las diferencias estuvieron en las acciones con que las dos tendencias predominantes utilizaron el Triángulo. Podemos delinear: la primera, la autonomista, que consistió en buscar márgenes de maniobra, como ocurrió durante los gobiernos de Raúl Alfonsín, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, que apuntaron a establecerlos con países de similares recursos y valores; y la segunda, la globalista que privilegió la relación con la potencia hegemónica, como en las administraciones de Carlos Menem y de Fernando de la Rúa. Si bien en principio las administraciones de Alberto Fernández y Mauricio Macri pueden ser ubicadas en esas categorías respectivamente, el nuevo marco de una estructura romboidal, por la incorporación de China a la ecuación junto a Brasilia y Washington, nos lleva a la necesidad de repensar tanto las estrategias como los instrumentos para su concreción.143-150esopenAccessMERCOSUR, historia, relaciones internacionalesArtículo de opinión: Treinta años de consensos y disensos en el MercosurarticuloAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International