2019-05-172019-05-172018-091853-9580http://hdl.handle.net/2133/14782Edmundo O’Gormancontó en el prólogo de La invención de Américaque desde 1940, cuando le fue encomendada la reedición de la obra del padre José de Acosta, le preocupó el problema de la aparición de América en el seno de la cultura occidental y la insatisfactoria explicación de que había sido descubierta un día de octubre de 1492. Esta cuestión lo llevó a “considerar ese suceso como el resultado de una invención del pensamiento occidental” (9) y a emprender entonces el estudio sobre “la idea de que América había sido descubierta” (10). Los procesos de invención americana se multiplicaron con los viajes y los viajeros europeos posteriores a Colón y, consecuentemente, se entrelazaron con las diversas motivaciones de los desplazamientos; así, las exploraciones de las grandes empresas marítimas de los siglos XVIII y XIX tuvieron intencionalidades ligadas al diseño de políticas imperiales y, de modo vinculante, al afán de conocimiento científico. Por otra parte, desde las últimas décadas se fueron ajustando, refinando y ampliando considerablemente los dispositivos para el análisis de estos asuntos, como bien lo manifiesta un extenso repertorio de libros y artículos, resultado de investigaciones que arrojan renovadas perspectivas sobre las narraciones escritas y visuales surgidas de dichos periplos.application/pdf272-276spaopenAccessReseñaMarta PenhosPaisaje con figurasMarta Penhos. Paisaje con figuras. La invención de Tierra del Fuego a bordo del Beagle (1826-1836). Buenos Aires: Ampersand, 2018articleAutorhttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/