2021-11-252021-11-252021-11-122545-6504http://hdl.handle.net/2133/22714Las ideas feministas de Luce Irigaray señalan críticamente la existencia de un orden simbólico falogocéntrico. Se ha enfatizado que sus aportes explican cómo las mujeres no logran emerger bajo sus propios términos, sino a condición de los grilletes de una mediación representacional que las entrampa como otredad degradada respecto de lo Mismo. Mucho menos se han señalado sus reflexiones ontológicas que postulan la peligrosidad de la potencia gestacional y generativa de la materia respecto de un orden que abstrae el origen y sostiene la pretensión desencarnada del Logos. Ante el prisma del postestructuralismo feminista norteamericano —desde las últimas décadas del siglo XX—, la continuidad entre feminidad y materia fue pobremente interpretada y, consecuentemente, su propuesta en torno a la diferencia fue denostada bajo la noción de esencialismo. El presente aporte pretende poner en acción el nuevo materialismo feminista de Astrida Neimanis. Su preocupación ontológica por la materialidad del Agua nos provee de herramientas que permiten, por un lado, hacer justicia a la complejidad de la propuesta líquida y acuosa irigariana y, por otro lado, consolidar una mirada posthumana y transcorporea para un hidrofeminismo que cultive una responsabilidad con el mundo y reconozca nuestra deuda y continuidad material con él.application/pdf16-45spaopenAccessNuevos materialismosAguaCuerpoFeminismoFalogocentrismoLa ontología acuosa de Luce Irigaray. Aportes para un nuevo materialismo hidrofeministaarticleMartínez, ArielAtribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0)