2018-08-232018-08-2320060327-215Xhttp://hdl.handle.net/2133/11931Comenzamos a investigar sobre el llamado “Grito de Alcorta” a partir de nuestro trabajo como docentes e investigadores del área rural, ya que este hecho histórico parecía condensar en un acontecimiento las dos líneas de investigación que venimos estudiando desde hace tiempo: el rol de los sectores subalternos del agro y las acciones colectivas de protesta. Al leer lo que se había escrito sobre la huelga que dio origen a una de las organizaciones más importantes del agro argentino (la Federación Agraria), nos encontramos con un estilo de interpretación que ha sido recurrente en el análisis de la protesta social: explicar el surgimiento de la acción colectiva a partir de condiciones económicas “estructurales”. En este artículo buscamos ofrecer otra mirada. Sostenemos que las interpretaciones que ponen todo el peso explicativo en los indicadores económicos suelen implicar una mirada mecanicista de la acción colectiva, sostenida en el supuesto de que a partir de determinados factores macroeconómicos las personas o actores reaccionan de manera automática. Desde nuestra perspectiva, consideramos que el “dato económico” es un factor necesario pero no suficiente para la explicación de la acción colectiva y sustentaremos que para poder interpretar un conflicto colectivo es indispensable preguntarse de qué forma ese “dato” interviene para la conformación de un nosotros, un sujeto colectivo capaz de llevar a cabo la acción –o, mejor dicho, cómo ese “dato” es interpretado desde la perspectiva de los actores.application/pdf309-336spaopenAccessGrito de AlcortaAcción colectivaCulturaEl Grito de Alcorta revisitado: cultura y sentimientos en la acción colectivaarticleAutoreshttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/