2022-09-112022-09-112019-122591-569Xhttp://hdl.handle.net/2133/24370Cuando me comprometí a escribir este artículo sobre Hermógenes Cayo, el santero de la puna de Jujuy cuya obra había admirado al realizar las campañas de 1990 en la zona, pensé inmediatamente en reeditar esos recorridos con el fin de conseguir nuevos materiales que me permitiesen abordar el tema con otros datos y quizás otras perspectivas. Sin embargo, el recorrido por los pueblos que había visitado entonces: Abrapampa, Rinconada, Casabindo, Cochinoca, Yavi, me deparó una sorpresa. Las costumbres habían cambiado notoriamente en estos 30 años transcurridos. Los cultos domésticos, comunes en el 90, tenían menos arraigo y las urnas podían ahora verse mayormente en los templos. Los cambios ocurridos en las últimas décadas han hecho que las perspectivas modernas se asienten de modo cada vez más consolidado en la vida y la cultura de la puna, dejando en una posición meramente tradicional lo que hace unas décadas constituía un modo de vínculo con lo sagrado y con la vida. No quisiera caer en la premura de Eric von Rosen al considerar a comienzos del siglo XX la cultura puneña “un mundo pasado” pero ciertamente tuve la impresión de que las cosas estaban cambiando rápidamenteapplication/pdf1 - 37spaopenAccessHermógenes CayoJujuyCulturaHermógenes Cayo. La estética del desamparoarticleUniversidad Nacional de Rosario.Facultad de Humanidades y Artes. Escuela de Bellas Arteshttps://creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es