2024-08-012024-08-012020-08-082408-462Xhttps://hdl.handle.net/2133/27490A comienzos del siglo XXI la artista Lygia Pape realizó Carandiru, una instalación caracterizada por el uso del color rojo en alusión directa tanto a la masacre de 1992 perpetrada en el penal de São Paulo, como al genocidio indígena durante el Brasil colonial. La materialidad de la obra enfatiza la dimensión dramática de ambos acontecimientos y abre una serie de significaciones que se enlazan, a su vez, con la historia latinoamericana y el arte brasileño. La misma temática había sido abordada por Nuno Ramos en 1992 (año de los asesinatos en la institución carcelaria) en 111, una impactante ambientación conformada por piedras, bombitas de luz y alquitrán como elementos básicos. A partir del libro Estação Carandiru de Drauzio Varella, el director Héctor Babenco filma Carandiru (2003) donde retrata la matanza ejecutada por la policía militar. Este trabajo propone la revisión de aspectos visuales vinculados a los archivos y a la memoria a partir de determinados imaginarios culturales que abarcan instalaciones, objetos y filmaciones, donde la masacre es representada desde diferentes modalidades estéticas, políticas y poéticas.59-69esopenAccessArtes visualesBrasilPolíticaRojo Carandiru. Memoria y masacre en clave visualarticuloLucero, María Elena. Universidad Nacional de Rosario.