2018-08-262018-08-2620040327-215Xhttp://hdl.handle.net/2133/12013Existen conceptualizaciones positivas y negativas: para las primeras, este espacio fue inscripto como reservorio y refugio, con gran vigencia hasta el presente, pensándolo como un lugar para la explotación económica, o como reservorio natural de la humanidad. Esta visión promisoria, atraviesa la última mitad del siglo XIX y el XX, y es hoy dominante, como producto y objeto de comercialización internacional. Entre las conceptualizaciones negativas no podemos dejar de referirnos a la mirada que la recorre pensándola como tierra maldita, como confín para presos políticos y sociales (desde los anarquistas, siguiendo con los deportados después de 1955, y por supuesto, considerando los presos políticos de la década del 70). Nuestra preocupación hoy es cuestionar, problematizar y discutir. Para nosotras el des-cierto implica correr el velo y desmitificar; o sea descubrir lo que ha sido opacado en Patagonia, empoderándonos y buscando contribuir al diseño de un proyecto continente y alternativo. Los nacionalistas acuñaron para esta área, la inminente necesidad de ocuparla, ante el temor de que fuese objeto de invasiones o infiltración de otras naciones (chilenos, judíos, nazis, ingleses, asiáticos). De algún modo, esta es la visión que sirvió de sustento a los proyectos desarrollistas inaugurados en la década del ‘50, pero que nutrió el accionar de las distintas dictaduras argentinas en este contexto: litigios con Chile, que incluso nos llevaron al borde de una confrontación armada en 1978; o la Guerra de Malvinas. El Desierto fue pensado esencialmente como arrasamiento, y su experiencia está vinculada a la errancia y a la diáspora que subyace en los sujetos en análisis.application/pdf215-235spaopenAccessDesiertoPatagoniaMemoriaDistintas conceptualizaciones del desierto: desde el imaginario a la Patagonia real. Historia, memoria y exilioarticleAutorashttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/