Cicutti, Bibiana Haydee2019-11-122019-11-122019-08http://hdl.handle.net/2133/16828Norteamérica, como epicentro de la economía neoliberal, escenario de una Crisis de una emergente sociedad de consumo, un agotamiento de los discursos y teorías artísticas, la caducidad de la institución museística o desconcierto ante nuevos enfrentamientos armados, bañado de un incipiente sentimiento de decadencia cara un sistema agresivamente capitalista. Así es cómo podemos decir que la década del 60 multiplica las discusiones en torno a la producción del arte borrando los límites que definían los géneros artísticos; para Robert Smithson el tiempo se convierte en instrumento plástico y con sus palabras explica que “Un gran artista puede realizar arte simplemente con lanzar una mirada. Una serie de miradas podría ser tan sólida como cualquier cosa o lugar, pero la sociedad continua estafándole al artista su ‘arte de mirar’, valorando tan sólo los objetos de arte” (Ávalos Iñaki. 2008. pg. 215). Toni Smith decide introducirse dentro de las obras de la autopista, sin permiso, y recorrerlas en coche pasando por los espacios marginales de la periferia americana. Smith experimenta “el fin del arte” porque consideraba que el asfalto ocupaba gran parte del paisaje artificial, pero no era posible considerarlo como arte. Veía la calle entonces como dos posibilidades que serían analizadas por el arte minimalista y por el land art. Lo minimalista toma la calle como objeto en el que se realiza la travesía. El land art toma la propia travesía como experiencia. No se trataba del “fin del arte”, sino una improvisada toma de conciencia que iba a sacar el arte de las galerías para conquista el espacio vivido y grande dimensiones.application/pdfspaopenAccessPaisajeArquitecturaThe Spiral JettyTrabajo final de seminario: The Spiral JettyotherLas autoras