Por Luciana Garro.
El mundo se encuentra afrontando la vasta tarea de controlar una pandemia. El Covid-19, conocido popularmente como “Coronavirus” pone en jaque a la economía mundial y llega aún más lejos amenazando la existencia de millones de vidas humanas. Hasta el momento se ha cobrado poco más de 200.000 mil vidas y no parece cesar en su propagación, extendiéndose desde Asia hacia el resto del mundo. Se encuentran gravemente afectados países como España o Italia; éste último tiene ya más pacientes contagiados y muertos que China, lugar en donde se estima que el virus habría mutado por primera vez, pasando de un animal a un humano.
Ante este catastrófico panorama, los gobiernos intentan adoptar medidas aunque en muchos casos dependen de la disponibilidad de sus recursos. En India los dirigentes parecen ser conscientes del panorama epidemiológico, pero ante la compleja situación social que atraviesa nos preguntamos: son ¿insuficientes tal vez?
Frente a este contexto, el 24 de marzo de 2020 el primer ministro indio Narendra Modi ha decretado la cuarentena más grande del mundo, poniendo en aislamiento obligatorio a más de 1300 millones de personas. Este tipo de cuarentena prohíbe a sus ciudadanos el salir de sus casas, asistir a clases, a reuniones públicas, así como también implica el cierre de los comercios no esenciales. Previamente se habían tomado medidas tales como el cierre de las fronteras, la restricción de los visados y el control médico a los viajeros tras detectar el primer caso en el mes de febrero, en el Estado de Kerala. Hasta el momento, cerca de 1500 casos de contagios se han detectado en el país asiático, no superando los 30 muertos.
Días atrás, un hecho particular condujo a que el gobierno indio decretara la cuarentena total: Baldev Singh, un gurú del sijismo, al regresar de una gira por Italia y Alemania, congregó a más de 20 mil personas en el Estado indio de Pundjab y poco tiempo después murió a causa del coronavirus. Inmediatamente se confirmaron cerca de cien contagios entre los asistentes y se estima que podrían ser muchos más, con lo cual, en este Estado se han impuesto medidas más estrictas tales como la entrega de comida a domicilio.
Ante este escenario, cabe preguntarse ¿se encuentra preparado el sistema de salud indio para afrontar un posible contagio masivo de su población? La respuesta a esta pregunta es más bien desalentadora. Su sistema de salud pública es deficiente. India se encuentra invirtiendo solo el 1.28% de su PBI en sanidad. Tal es así que se calcula la disponibilidad de sólo 8 médicos por cada 10000 habitantes y un hospital público por cada 55000 personas, sumado a la escasez de suministros que posibiliten una atención médica eficiente. Los testeos de los casos se encuentran siendo realizados por laboratorios tanto públicos como privados. India ha recibido 1 millón de kits reactivos de testeos, calculando que pedirá 1 millón adicional a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, este número de kits solo podrá testear a diez personas por cada un millón de habitantes, lo cual implica un escenario desalentador en la posibilidad de prevenir contagios.
Además, es importante tener en cuenta la situación sanitaria del país. Es conocido el hacinamiento en el que viven sus habitantes en zonas urbanas y el acceso irregular al agua limpia, siendo preocupante que cerca de un cuarto de la población vive bajo el umbral de la pobreza. Tal es así que, en aldeas de Bengala Occidental, se ha dispuesto la construcción de casetas o camas en las copas de los árboles para familias numerosas que viven en espacios muy pequeños y no pueden mantener la distancia prudencial para llevar a cabo el aislamiento social.
Ahora bien, ¿cómo ha impactado esta pandemia en la sociedad india? Para dar una respuesta más acertada a esta pregunta, tenemos que considerar otro tipo de problemáticas, tales como el desempleo o el empleo informal. Cerca del 85% de la población india se encuentra bajo un régimen informal de trabajo, como vendedores ambulantes, limpiadores, jornaleros, conductores de rickshaw entre otras actividades de este estilo. Por otro lado, trabajo y migración se entremezclan en un país donde trabajadores rurales migran internamente de acuerdo a las cosechas. En relación a esto, un hecho particular se dio al momento en que Modi anunció el inicio de la cuarentena total sin tener en cuenta un plan de contingencia previo: el éxodo de miles de trabajadores que comenzaron a salir a pie de las ciudades principales hacia las ciudades del interior. Ello generó una situación desesperante y caótica, por las mayores probabilidades de propagación masiva del virus.
Para mitigar esta situación, el gobierno ha dispuesto un paquete de emergencia para sanidad de unos 1825 millones de euros, la anulación de comisiones bancarias, un plan de estímulo económico de 22600 millones de dólares para proporcionar transferencias directas de efectivo y la entrega de alimentos. Medidas que pueden llegar a ser insuficientes si tenemos en cuenta la crisis que atraviesan los sectores informales, de servicios y el agravamiento del desempleo. Por otro lado, la Organización del Crecimiento y Desarrollo (OCDE) ha previsto la caída del PBI al 5,1% frente al 6,2 % que se esperaba para noviembre de 2020.
Consideramos que el impacto del Coronavirus en India será profundo si, teniendo en cuenta las condiciones complejas previas que atraviesa la sociedad, no se aplican correctamente las medidas de contención social y se avanzan sobre otras más amplias. De no poder manejar la situación, el impacto será de negativo dejando posiblemente a India ante las puertas de una nueva crisis social, económica, sanitaria y posiblemente política.
FUENTES:
https://dirigentesdigital.com/economia/el-coronavirus-se-ceba-con-las-economias-de-india-y-china
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